
Uno de los problemas tratados con más frecuencia en cirugía de la mano son las secciones de los tendones flexores. El movimiento fino de la mano depende de forma importante de los tendones flexores, ya que se encuentran en íntima relación con los músculos lumbricales. Los tendones flexores se suelen dañar en traumatismos severos de la mano, así como por laceración o sección por instrumentos cortantes como cuchillos.
Los tendones flexores en los dedos se encuentran localizados en el canal flexor y se rodean de importantes estructuras formadas por fibras paralelas y oblicuas que se denominan poleas y que se encargan de mantener el momento de fuerza del tendón. Las laceraciones de tendones flexores cuando ocurren en los dedos pueden tener lugar a dos niveles:
- En la sección de flexor en zona I la lesión ocurre distal a la inserción del tendón flexor superficial, por lo que sólo se corta el tendón flexor profundo.
- La sección de flexor en zona II ocurre proximal a la inserción del flexor superficial, por lo generalmente se acompañan la lesión de flexor superficial y profundo. La sección de flexor en zona II tiene peor pronóstico funcional ya que es más frecuente la formación de cicatrices entre los tendones y con las poleas, siendo más frecuente la necesidad de realizar tenolisis y artrolisis.
La reparación de los tendones flexores debe realizarse cómodamente por un abordaje amplio. En algunas ocasiones, los pacientes se sorprenden, ya que la herida inicial era mínima. Los objetos corto-punzantes pueden producir lesiones muy extensas en profundidad a través de heridas muy pequeñas. Para una correcta exploración quirúrgica de la herida es necesario realizar un abordaje estándar tipo Brunner y diagnosticar otras posibles lesiones como las de los nervios o las arterias colaterales.
Flexionando la punta del dedo generalmente se identifica el cabo distal, mientras que para recuperar el cabo proximal es necesario flexionar la articulación metacarpofalángica, la muñeca y a veces exprimir distalmente la musculatura flexora del antebrazo. Cuando estas maniobras no son exitosas, es necesario realizar una pequeña apertura en la palma de la mano. Por allí se recupera el tendón, se pasa una sonda de silicona (tipo sonda urinaria pediátrica) hacia la punta del dedo y se sutura el cabo proximal a la sonda. Al tirar de la sonda desde la herida original se traslada el cabo proximal del tendón hacia la zona de lesión, y se puede entonces iniciar la tenorrafia.
La fase de rehabilitación debe ser supervisada por el cirujano responsable ya que la rotura accidental de la tenorrafia durante la rehabilitación constituye una urgencia que debe tratase de igual manera que la lesión original.
Si usted ha sufrido una lesión de tendón flexor, no dude en contactar con nosotros para una valoración.